Acompañaba a mi madre a la consulta del médico. Entonces, tocaron suavemente a la puerta y entró una señorita con bata. Era la enfermera asignada a la doctora.
.- Perdonen que les interrumpa un momento.- (se dirige a la médico).- No me quedan clexane de 40 para ponerle a una paciente. ¿Tienes alguno?
.- En la vitrina.- Espera, deja que mire.
.- No hace falta, continúa, ya miro yo.
Las dos se acercaron a la estantería; la médico dominaba la situación; la enfermera, casi por encima del hombro, le indicaba.
.- Ya lo veo. ahí, a la derecha.-
Se abrió paso como pudo y cogió una caja.
Estaba comprobándola, cuando la médico se la quitó de las manos y con un tono sabio (que a mi me molestó) le advirtió muy seria.
.- Hay que mirar la caducidad, si está abierto, si está en buenas condiciones. Comprueba bien que es clexane, y que es de 40. Ten mucho cuidado.
La enfermera no respondió, era evidente su malestar, pero no dijo nada. Observó detenidamente la medicación, dió las gracias y se fue.
A mi me indignó la situación. Pero lo dejé pasar, porque a veces me acusan de susceptible y, ¿no era mi guerra?.
En una Residencia apareció un día un cartel advirtiendo a las enfermeras. El texto rezaba "CUANDO A UN RESIDENTE SE LE REALICE UNA EXTRACCIÓN DE SANGRE SE LE PONDRÁ UN APÓSITO DE GASA Y ESPARADRAPO DE PAPEL CON LA EXCEPCIÓN DE ALERGIA AL ESPARADRAPO Y SE LES ACONSEJARÁ QUE HAGAN PRESIÓN DIGITAL ENCIMA DE DICHO APÓSITO, ESTA MEDIDA ES UNA ORDEN MÉDICA"
Estaba firmado, fechado y sellado.
Me pareció indignante. Monté en cólera. Me alarmé, lo confieso. Y me dediqué a investigar sobre el fondo del suceso.
Justificaron el hecho contando que una de las enfermeras era “poco cuidadosa” en lo que a las extracciones se refiere. Se excusaron diciendo que ya le habían llamado la atención muchas veces, pero que no hace caso. Un día en que detectaron que volvió a repetir su “error”, la Responsable de Enfermería redactó el escrito, con la firma y el sello (y la venia) de la doctora en cuestión. Y valientemente, colocó el papelito en el libro de incidencias.
¿Es cierto que había una persona que no hacía las cosas como debía? Creo que debió tratarse con esa persona en cuestión, después de investigar si realmente se trataba de negligencia, mala práctica o había otros motivos que justificaran que, cuando ella hacía las extracciones, salieran las cosas peor.
¿Eran culpables del hecho el resto de las enfermeras? No lo creo de ninguna de las maneras, y sin embargo, se las incluyó como sospechosas.
Nunca debe permitirse ni consentirse un cartel como este. Son un insulto y una falta de respeto que no debemos tolerar. Los toques de atención a una persona se hacen en privado e individualmente. A la cara.
¿Es cierto que había una persona que no hacía las cosas como debía? Creo que debió tratarse con esa persona en cuestión, después de investigar si realmente se trataba de negligencia, mala práctica o había otros motivos que justificaran que, cuando ella hacía las extracciones, salieran las cosas peor.
¿Eran culpables del hecho el resto de las enfermeras? No lo creo de ninguna de las maneras, y sin embargo, se las incluyó como sospechosas.
Nunca debe permitirse ni consentirse un cartel como este. Son un insulto y una falta de respeto que no debemos tolerar. Los toques de atención a una persona se hacen en privado e individualmente. A la cara.
Qué nos pasa?
¿No sabemos comportarnos?
Se observa un desconocimiento total y absoluto de las funciones de #enfermería, de lo que hace, de lo que son sus funciones propias y de su competencia. Y el desconocimiento es general; en la población, en el resto de profesiones con las que trabajamos codo a codo y peor aún, incluso entre los miembros de nuestra propia profesión.
No existe el acuerdo tácito de otros oficios de "ensalzar la profesión", de "personalizar" el error salvaguardando la disciplina (al fin y al cabo, se equivoca esa persona, debe asumir su responsabilidad). Porque "malos profesionales" hay en todos los oficios. También hay malos médicos, sin embargo, no parece afectar a la reputación general de la "medicina". No se les demoniza por norma, se les tiene más respeto, y eso que, a mi juicio, sus errores pueden ser mucho más graves. Y cuando se detecta un "mal médico", no se acostumbra a llamarle la atención públicamente. En este punto, me atrevo a opinar que, en nuestra profesión hay poco "orgullo enfermero" y mucha inseguridad/sumisión, por lo que no somos capaces de defendernos de estas faltas de respeto y las toleramos, además de no saber vendernos.
Y seguimos preguntándonos ¿por qué? No es justo!! ¿cómo cambiarlo?
No es difícil averiguar cómo. Lo difícil es tener la constancia y la paciencia para mantener la actitud y esperar a ver el cambio. Con cada golpe, nos venimos abajo. Lloramos, nos lamentamos y nos rendimos. Pero no todos lo hacemos. En realidad, solo unos pocos. Pero hacen demasiado ruido. Cuesta mantener el tipo. Ser valiente es difícil. Por eso, yo propongo.
Cada persona, debe hacer cada día su trabajo, sus tareas, lo que sea que haga, de la mejor de las maneras. Sin medirse ni compararse respecto a los demás sino consigo mismo.
Si uno se lamenta y espera que cambie el mundo alrededor sin empezar por sí mismo, nunca verá ese cambio. No rendirse, no desesperar. Apoyarnos unos a otros en lo positivo. Corregir lo negativo. No tolerarlo. No ocultarlo, sino todo lo contrario, hacerlo evidente para animar a corregir.
Pero exigiendo respeto.
Conviene un examen de conciencia
Otras entradas, en otros blogs, que DEBEN interesarte:
No hacía mucho que había leído la entrada de Lola Montalvo.Enfermería "Memorias de mi enfermera LIII: «Yo no defiendo a los malos profesionales» Sinceramente, merece la pena leerla, releerla y aprenderla de memoria.
Y el decálogo al que hace referencia Lola, el de Rosa M Nieto en Enfermera2.o:La mirada enfermera "Decálogo para la enfermera INvisible es para hacer examen de conciencia, personal y silencioso, pero serio serio serio.
Y el estupendo análisis, en positivo, esperanzador de Mónica López Ventoso en Quironautas: "Yo no paso"
Y el descarnado y realista relato de Pinchazos Enfermeros: "Toda la medicación está puesta" ¿no os suena familiar?
Y la experiencia en primera persona de Meritxell Sastre en Nuestra Enfermería "Recuperar nuestra esencia enfermera" y la tendencia de algunos profesionales a ignorar lo obvio.
Y el documento que quizá lo resume todo,
Y luego han seguido otras también muy muy interesantes como la de Fernando Campaña Castillo en Nuestra Enfermería "En medio del debate de #Yonopaso"
Y un largo etcétera que puede encontrarse navegando por la red y que merece la pena leer.
Pero quizá el origen, o el resumen de lo que pueda estar ocurriendo, nos lo ofrece Juan F. Hernández en "Del silencio a la palabra"