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jueves, 31 de octubre de 2019

La URPA desde la cama

     
Soy enfermera y ayer me operaron. Era una intervención fácil, sin importancia, pero tuve que pasar más de medio día en el hospital y la anestesia fue raquídea (un pinchazo en la columna y dormida de cintura para abajo).
      Todos los sanitarios deberíamos pasar por el papel de paciente de vez en cuando. Lo que se ve y se oye desde la cama, no es lo que esperamos.

      Llegué a las 8 de la mañana tal y como me ordenaron (cuando quiero, puedo ser una paciente ejemplar 😃). Me recibió una TCAE (auxiliar) que me reconoció del gremio y empezaron a tratarme con mimo.
     Ingresé en la URPA (Unidad de Recuperación PostAnestésica) aunque mi intervención era de CMA (Cirugía Mayor Ambulatoria que significa que llegas, te operan, te recuperas enseguida y te vas a tu casa antes que acabe el día).
      El camisón que me entregaron era transparente y abierto por detrás, el tejido pasado, tan fino que parecía que se iba a desintegrar de un momento a otro. Los velcros descosidos molestaban  y eran totalmente inútiles. ¿Por favor! ¡¡Hace falta tirar ropa vieja y comprar camisones nuevos ya!!.
     La angustia de estar entre extraños y sin hacer nada hasta que te llega el turno. El coco da para imaginar muchas cosas. En mi caso, la ventaja de que la enfermera que se hizo cargo de mi, se portó como un auténtico ángel (cariñosa, educada, atenta y sobre todo, muy profesional).
     Fui operada y pasé cinco largas horas en aquella sala de reanimación esperando a cumplir los criterios de alta: hacer pipí, tolerar alimento y sostenerme en pie, a(demás de no dolor, no sangrado, etc...pero esto último las enfermeras lo llevan a rajatabla, los tres primeros dependen más de nosotr@s los pacientes)
      Durante esas 5 horas apenas dormí.

      La URPA es una sala donde conviven hasta 12 pacientes encamados en dos hileras enfrentadas y 4 sillones laterales al fondo (un poco más apartaditos).
      Las enfermeras y los profesionales sanitarios van y vienen por la sala. Tienen mesas con los papeles de cada paciente a pie de cada cama y en el centro de la sala, donde están los teléfonos y ordenadores. 
     Es inevitable oir todo lo que allí se habla. Aunque no quieras. Incluso las conversaciones telefónicas. 
      Te enteras de las incidencias que tiene el paciente de al lado e incluso el de la otra esquina. Asistes como espectador privilegiado si suena una alarma y se desencadena alguna situación de riesgo o si entre profesionales hay algún conflicto.

      Uno está en la cama solo, aburrido, tratando de dormir, intentando abstraerse de todo, pero es imposible no ver ni oir. Somos curiosos por naturaleza y nuestro cerebro se empeña en enterarse de todo lo que sucede alrededor.
      Como profesionales no somos conscientes de lo atentos que pueden estar los pacientes, de lo presentes que están.

      Pues bien, esto fue lo que yo viví o mi mente interpretó.

   En toda la mañana las enfermeras no pararon. Por allí desfilaron hasta 20 pacientes de diversa gravedad y con muy diferentes necesidades. Todo el mundo estuvo muy ocupado y la sensación era de profesionales que sabían muy bien lo que hacían.
         Hubo un paciente cuyo monitor avisaba de peligro y al que rápidamente y todos a una lograron estabilizar. 
       Por allí pasó una niña terriblemente asustada a la que intentaron calmar y entretener con muy poco éxito y que nos amenizó durante más de media hora con fuertes alaridos y llantos (recién operada de la garganta)
        Fui testigo de una escena que protagonizó una enfermera indignada porque le habían notificado un cambio de turno. Voces, llanto y reproches en alto. Todo incluido.
 Escuché varios comentarios insistentes, ofensivos y duramente críticos referidos al supervisor del servicio (que resulta que lleva muy pocos meses) por parte de otra enfermera. En alto cuestionaba su autoridad y le acusaba de no pasar por allí, (aunque yo misma le vi entrar durante la mañana al menos en 5 ocasiones a hacer algo).
     Amenizó la mañana una anestesista enfadada con la vida que no conocía más forma de relacionarse con los demás que el tono de desafío y desconfianza. Y que, cada vez que aparecía, lograba que la tensión se cortara con un cuchillo.
      Como yo estaba infiltrada como paciente, mis vecinas de cama comentaban conmigo estas cosillas. Con algunos comentarios, comprobé que veían lo mismo que yo. Confieso que por ello, pasé vergüenza.

     En fin. pequeños detalles que ensombrecieron el enorme esfuerzo que estos profesionales hacen para poder mantener unos niveles de atención de calidad a pesar de una sobrecarga laboral evidente. Detalles que deberían cuidar por el terrible daño que luego hacen a su imagen social y de la  que luego nos quejamos porque consideramos injusta.
¡Porque luego te enteras de que los pacientes te oían y te veían cuando te cuentan la historia en la peluquería o en el supermercado!.

Y hasta aquí lo que contaría a todo el mundo. 

Ahora, me dirijo a l@s enfermer@s porque soy una de ellas y seguro que alguna vez he caído en el mismo error.
¿Por qué nos atacamos un@s a otr@s? 
¿Por qué ese afán de cortar la cabeza del que tiene ambición, ilusión, ganas  y sobresale? 
¿Por qué malgastamos el tiempo en criticarnos entre nosotr@s? 
¿Por qué nos cuesta tanto apoyarnos un@s a otr@s?

Nos preocupamos de dar la mejor atención. 
¿por qué no cuidamos también la imagen?

Somos los profesionales más numerosos
Podríamos mejorarlo todo
Si nos uniéramos
Si nos sintiéramos orgullosos de lo que somos....
Si nos ayudáramos entre nosotros .....
¡¡¡¡SERÍAMOS PODEROS@S!!!
¿Y POR QUÉ NO?




4 comentarios:

Unknown dijo...

Muy mal me parece por tu parte cuando te preguntas que porque nos críticamos entre y las scompañeas cuando tu acabas de hacerlo con las que podrían ser mañana tus propias compañeras.

Sonia Pascual dijo...

¿Tu crees?
🤔
Gracias por comentar

Unknown dijo...

Pienso totalemnte como tu... Los. Toros se ven d distinta manera desde la barrera... Y hay veces k no somos. Coscientes nos metemos en nuesyra burbuja y tenemos falta de sensibilidad.. Y de veras... Debeeiamos d estar todas. Mas unidas co seguiriamos mas. Logrós a nivel personal y a nivel profesional

Sonia Pascual dijo...

Gracias!!!

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