Fui al médico porque me tocaba hacerme unos análisis. Y me dio azúcar alto. Me mandó a la enfermera. Ya me extrañó, porque yo a la enfermera casi ni la conocía. Pero cuando llegué, no os podéis imaginar. Me tomó la tensión, me pesó, me miró el azúcar. Me tumbó en la camilla. Me miró la circulación, los pies, ¡qué sé yo cuántas cosas me miró! ¡de arriba a abajo!¡En la vida me han mirado así!. Luego me hizo muchas preguntas. Y me explicó bien clarito lo que tenía que hacer., lo que me pasaba, lo que supondría en mi vida, la dieta, cómo manejarla, si incluso me dio alguna receta, cómo hacer ejercicio, los síntomas que tendría si me descompensaba. Me lo explicó todo, y tan clarito, que lo entendí sin problemas. Pero si hasta me respondió todas las dudas que tenía y no me atreví a preguntarle nunca al médico. Yo no sabía que la enfermera podía hacer todas estas cosas. ¿Vosotras lo sabíais?
Mis amigas se miraron extrañadas.
.-No, - respondieron. .-No teníamos ni idea. Nunca necesitamos ir a la enfermera salvo para ponernos la vacuna de la gripe o recoger recetas. Pensábamos que ayudaba al médico, pero ¿todas esas cosas hace?
3 comentarios:
PERO SERÁ POSIBLE? No he leído, desde hace mucho tiempo, algo tan gráfico. Sí señor, si bueno y breve dos veces bueno...
jajajajajajajajaja me encanta
Gracias Ana!!! Un orgullo tenerte como lectora!!! Besos
Eso hacemos... en doce minutos!!!
Un beso, guapa!! :-) :-*
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