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miércoles, 15 de octubre de 2014

¡No me pida que me descalce!



Con eso de la gestión de recursos humanos, a veces pasa, que la dirección no sabe dónde ponerte y refuerzas aquí y allá sin tener un destino fijo.
Hoy estoy en la consulta de trauma. Pueden moverme en cualquier momento. Estoy de refuerzo. Ayudo a mi compañera en la sala de yesos y en la de curas. Esto es un no parar.
Necesitamos algunas cosillas, así que, paso a la consulta de uno de los traumas a por material. En ese momento está atendiendo a una mujer que dice que le duele un pie. 
El médico le pide que se descalce y ella lo hace solícita. 
Ante mi y ante el facultativo, aparece un pie reluciente, algo inflamado a la altura del tobillo. El especialista le pide a la paciente que se descalce del otro pie.
.- ¿Por qué doctor? El pie que tengo malo es este. El otro está bien.- Asegura la mujer.
.- Necesito compararlos, señora. Es necesario. Haga el favor de descalzarse.
.- No puedo Doctor. De verdad que no puedo.
.- ¿Necesita ayuda?.- pregunta solícito el médico
.- No señor, puedo sola. pero no quiero descalzarme.
.- Y eso ¿Por qué señora?

.- Verá doctor. No sabía que iba usted a verme los dos pies. Me da mucha vergüenza. Pero como creí que sólo necesitaría ver el que me duele, no me he lavado el otro.




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