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sábado, 15 de febrero de 2014

¿De quién son estos dientes?

Hablando con una amiga y compañera, enfermera de Gerencia de Servicios Sociales, con años de experiencia en una residencia de mayores, me contó esta anécdota.

No hace tantos años, en una residencia de ancianos de la Junta de Castilla y León, era la antes Auxiliar de enfermería (ahora Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería TCAE) la que se encargaba de limpiar las dentaduras postizas de los internos.
Rosalina empezaba su turno y era la primera vez que estaba sola. Tenía que limpiar las dentaduras de los pacientes tal y como había visto hacer a su compañera.
Cada paciente tenía en su mesilla, un vasito especial con sus respectivos dientes. La trabajadora encargada, se pasaba por las habitaciones limpiando y cepillando las denticiones para dejarlas de nuevo en sus vasos.

Pues bien, Rosalina era una trabajadora muy ingeniosa e innovadora. Pensó que lavar las dentaduras una por una llevaba bastante tiempo, y 
que con un sencillo truco, ella tardaría la mitad de tiempo en tenerlas todas limpias, listas y preparadas. 
Como era una mujer valiente y de iniciativa, decidió probar su sistema. 
Recogió todas en una bandeja y las lavó concienzudamente tooodas a la vez. 
Comprobó entusiasmada, que le había llevado incluso menos de la mitad de tiempo, tenerlas todas listas.
Estaba muy satisfecha y solo quedaba la última parte del procedimiento. Colocar cada una en el vasito de su propietario. 
Entonces, Rosalina, se dio cuenta de que su maravillosa idea, tenía un pequeño inconveniente. Tenía un montón de dentaduras y desconocía a quién pertenecía cada una.

Lógicamente, cuando llegó la hora de cenar, el dilema se resolvió con gran revuelo. Los
propietarios debían probarse las dentaduras hasta dar con la propia.

Y os parecerá increíble, pero aquí no acaba la cosa. 

Cuenta mi amiga, que muchos internos tras comer, solían olvidar poner la dentadura en el vaso y sin darse cuenta se la dejaban en algún bolsillo de la ropa.
Era frecuente en la lavandería, encontrar prótesis en los bolsillos de batas, pantalones y camisas. Por eso, tenían incluso un frasco debidamente marcado donde las depositaban cuando aparecían entre la ropa o dentro de las máquinas. 
Cuando los internos se daban cuenta de que les faltaba tan útil instrumento, bajaban a la lavandería a preguntar o se acercaban directamente al bote para, tras probarse las que hubiere, dar con la propia.



Pudieron ser estas las razones por las cuales, cuando ingresa un nuevo paciente, se advierte a la familia de que la dentadura debe estar convenientemente identificada con alguna señal imborrable, preferiblemente grabadas por el protésico dental.

ENLACES DE INTERÉS
El blog de Rosa "Lavarse los dientes"
Sanitas: "Cuidado de la prótesis dental"
Doctor Espinosa "Cuidados de la prótesis dental removible"

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