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martes, 15 de diciembre de 2015

¡Grand Prix: Consulta con el especialista!

   

        Desde hace unos meses llevamos insistiendo a mi madre en que no oye bien. Cuando, por fin accede a comentárselo a su médica de cabecera, esta le da cita para el Otorrino. 
        Llegamos a la consulta del especialista, en el Hospital, con media hora de antelación.
       Había que buscar aparcamiento y salvar cualquier imprevisto. Mi madre no soporta la impuntualidad.
          Nos atienden con 25 minutos de retraso (creo que tuvimos suerte por ser hora temprana),  ya llevamos 30+25 = 55 minutos de espera. Es cierto, por exceso de puntualidad, pero es tiempo igual.
          El médico nos recibe, educado, amable y profesional. Las enfermeras, por supuesto, también nos tratan muy bien. 
         Tras unos minutos en los que el facultativo dirige de manera experta el discurso de mi madre hacia los datos que le interesan (no hay tiempo que perder), la explora. Cuando ya está satisfecho con los datos recabados, nos informa que es pertinente que se haga una prueba (una audiometría):
                .- Tienen que esperar un poco a que se la hagan y ya luego vemos juntos el resultado.

        Salimos a la sala de nuevo. Otros 20 minutos. (Solo contando el tiempo de espera, llevamos: 55+20 = 1 hora+15 minutos)
       La sala de espera llena. Gente que va y viene. Por fin nos llaman. La realización de la prueba dura unos 14 minutos, depende siempre de lo que colabore el paciente. Y de nuevo....
           .- Tiene que esperar un poco al resultado. Enseguida le llamamos.

          Otros 20 minutos. Sé que el resultado de la prueba es inmediato y que la espera será debida a que el médico no da abasto y hay más gente esperando.
        Vuelven a llamarnos. Pasamos. El especialista tarda 5 minutos en expresar su diagnóstico y convenir en que el audífono ya no le serviría para nada y no merece la pena que lo compre.
          Total, 1 hora y 35 minutos de espera. En consulta habremos estado, no más de media hora. 
https://pixabay.com/es/orientaci%C3%B3n-ejecuci%C3%B3n-152206/        
      Como ya ha transcurrido media mañana, vamos a tomar un café. Nos encontramos en la escalera a una vecina. Su odisea es aún peor, tenía cita en Traumatología y nos cuenta que allí hay al menos cinco pacientes citados cada cinco minutos. Nos cuenta que a muchos, tras verlos por primera vez, les mandan a rayos (en otra sala y en otro piso, lo que es aún peor porque corres el riesgo de perderte y donde también tienes que esperar porque no tienes cita y van a intercalarte con los que sí la tienen y los que llegaron antes que tu) . Encima, nos cuenta, ha tenido problemas con el historial y ha estado un rato en atención al paciente. Menos mal, dice, que al final se lo han arreglado. Enseguida nos deja porque aún tiene que volver a la consulta para que le den el resultado. Y estaremos todos muy agradecidos si nos han podido hacer todo el mismo día y no  tenemos que volver.
https://pixabay.com/es/tiempo-medida-anuncio-de-tiempo-1020373/



        Qué curioso que en todas las consultas hay un cartel que advierte que "la hora de consulta es orientativa". ¿Qué significa "orientativa"? ¿De qué margen de espera estamos hablando?


    Si necesitas ir al especialista, más vale que lo tomes con calma y vayas preparado con una novela, un libro de pasatiempos o la calceta. 

          La sensación es que no importa el tiempo de los pacientes y sus familiares.

¿Tienes tu propia historia?
¿Me la cuentas?

jueves, 19 de noviembre de 2015

#opesacyl2015 Y ahora ¿Qué?

      Nunca fui a concentraciones, manifestaciones ni movilizaciones, no pertenezco a sindicato o partido político. No me gusta ni me va ese "rollo" Pero estaba indignado, cabreado, de muy mala leche y recibí una alerta del Colegio (es obligatorio estar colegiado). Después de más de un año sacrificándolo todo por un sueño que me acababan de robar, perdido ahora, desorientado y vacío y como no tenía nada mejor que hacer, decidí ir a protestar.


Hacía mucho frío y el día estaba gris y nublado. Era pronto pero ya había gente. Nos miramos desconfiados. Parecía casi obligatorio llevar una bandera o distintivo. Yo buscaba apoyo, unidad, sentirme arropado, llenar el vacío que se me había instalado en el alma, encontrar a alguien que me comprendiera… Sin embargo, noté cómo pareció establecerse una especie de competición. Por el mejor sitio, que se viera la bandera, aparecer en la foto, llamar más la atención…


Algunos grupos estaban más organizados que otros. Se notaba que sus miembros eran militantes adiestrados y que tenían más claro lo que debían hacer. Cada grupo se movía como uno solo, siguiendo a la manada o a los líderes, sin mezclarse demasiado con los demás. Hubo momentos angustiosos de claustrofobia, gritos, músicas, unos grupos tapándose a otros, faltaba unidad, no veía yo que quedara claro qué era lo que veníamos a apoyar.
   Encontré un grupo de afectados, algunos conocidos y con banderas, pero quizá como no tenían vinculación política, se me hacían más cercanos y me empecé a sentir mejor, más identificado y apoyado. Éramos muchos y al avanzar la mañana, parecimos más unidos, aunque no llegué a entrar en "calor".
   
       
Conocí y escuché a enfermeras que no eran afectadas en primera persona pero acudieron a mostrar su apoyo y su presencia. 


     Aprendí que en todas las batallas hay también quien saca partido. Escuché a una fija decir que el día 22 no tendría que ir a trabajar porque como no había ya examen, podían ir las sustitutas. Oí a recién graduadas alegrarse porque no pudieron inscribirse en esta ope ya que aún no tenían el título y ví a enfermeras que no se lo habían preparado a conciencia consolarse porque ahora tendrían más tiempo...

 Independientemente de los comentarios, ahí estábamos #Enfermería, profesionales siempre tan preocupados por el paciente, tan sacrificados y altruistas, ¿nos preocupamos de nuestra imagen profesional, de nuestra reputación, de apoyarnos unos a otros?

   Casi era la una del mediodía cuando nos dicen que van a recibirnos. Solo enfermeras afectadas y sin vinculación a ninguna organización. Se presentan cinco, las más próximas a la entrada, todas son bienvenidas, aunque algunas deben quitarse los colores y distintivos que las vinculan con organizaciones políticas o sindicales. 
A través de la verja aún se oyeron gritos
.- Preguntad si van a volver a convocar y en cuánto tiempo!!!!
   Tardaron un rato en entrar porque los medios necesitaban entrevistarlas.

Me quedé hasta el final, me interesaba mucho saber, tardaron mucho en salir y no lo hicieron ilusionadas, sino más bien tristes, decepcionadas. Nos echamos encima, les preguntamos. 
¿qué ha pasado? ¿qué os han dicho?

  • No estaba el Consejero y nos han recibido el Gerente Regional y otros cargos.
  • Nos han pedido perdón de nuevo excusándose en sus buenos propósitos.
  • Sabían que legalmente solo había una oferta pública de empleo válida (2014) con tan solo 60 plazas de promoción interna, pero no querían perder las plazas y como en Asturias, su única solución era convocarlas.
  • ¿Posibilidades de arreglo? Esperar al fallo del TSJ (uno o dos años) e intentar recuperar las plazas con una ope extraordinaria,
  • ¿y ahora?, publicar cuanto antes una nueva oferta pública de empleo (unas 50 plazas como máximo) y convocar un nuevo proceso selectivo.
  • Aprovechamos para hacerles notar que sus asesores legales llevan los últimos tres procesos selectivos judicializados. Sin comentarios
  • Volvieron a pedir disculpas diciendo que en la Consejería se respira tristeza desde el viernes.
  • Le contamos lo mal valorados que estamos como profesionales por la Gerencia, el Gobierno y la campaña que parece que hacen en nuestra contra (contratos precarios, a destajo, sin sustituciones...). Esto lo negaron con condescendencia.
  • También hablamos de la bolsa de empleo,...
  • Todo buenas palabras. Son políticos y son diplomáticos.

Cada uno que saque sus propias conclusiones: Estas son las mías:

  • Dividirse es perder. Cuanto más unidos, mejor. Busquémonos, encontrémonos y unamos fuerzas.
  • Busquemos apoyos y organizaciones con medios que tengan iniciativas y soluciones y presionemos para que las pongan en práctica.
  • No me consuela que me paguen tasas, cursos, hoteles o viajes, QUIERO RESPETO Y CONSIDERACIÓN. Quiero que aprendan que no pueden hacer esto conmigo, con nosotros. QUIERO QUE NO SE VUELVA A REPETIR UNA SITUACIÓN ASÍ
  • No llegué a sentir la calma y el sosiego que buscaba, imagino que vendrán con el tiempo. Tras la rabia, solo queda tristeza y desesperanza. Pero hay que levantarse y seguir, aunque parezca que a nadie le importas, debes importarte a ti mismo. Busca la motivación dentro de ti.
  • Recupera parte de lo que perdiste y aprende de la mala experiencia. Rendirse es regalar la victoria al enemigo. Hay que luchar. Luchar es ganar independientemente del resultado de la batalla.


Soy especialista en pediatría con o sin título

Esta historia es cortesía de una enfermera gallega

Hola, soy enfermera de pediatría.
      Lo soy porque trabajo desde hace 39 años ininterrumpidos en el mismo servicio de pediatría. En lo mío soy buena, soy experta, soy hábil, soy resolutiva.
     Asisto a todos los eventos de formación y actualización de mi Gerencia y de mi servicio. Colaboro y participo impartiendo también docencia y preparando sesiones clínicas. Anualmente hago cursos relacionados con mi trabajo y subvencionados por mi propia economía. Colaboro en la docencia de los nuevos profesionales especialistas en pediatría, enfermeros y médicos en formación. Me reciclo contínuamente.

      Se convoca prueba excepcional para el título de especialista en pediatría. OBJETIVO: Obtener tal título que me reconozca, en papel, lo que llevo tantos años haciendo y en lo que, tras años de experiencia, me he especializado. Me quedan 7 años para jubilarme. Me gustaría hacerlo con ese reconocimiento, y me pongo, con ilusión y muchas ganas, a la tarea.

      Busco temario y ayuda para conseguir mi meta. Invierto dinero en ello, pero quiero hacerlo. Sacrifico tiempo libre de descansos, de estar con mi familia y amigos. El resultado, creo, lo vale. Inmediatamente me doy cuenta de que ya no soy la misma. Mi memoria necesita ejercitarse de nuevo. Busco trucos y alternativas para avanzar en el estudio. Hay temas que se me resisten. Otros me resultan más agradables. Pero todos versan sobre la actividad que desarrollo a diario y la práctica la domino. Prepararme, a mi edad, ha sido complicado, tanto dato me abruma, pero quiero, puedo y no me rindo fácilmente. 

      Todo para presentarme a una prueba en la que las preguntas no corresponden a mi categoría profesional, a los conocimientos que debe tener una enfermera especialista en pediatría. Y me pregunto...

       ¿Qué sabe el que preparó el examen sobre lo que hace en su día a día una enfermera de pediatría?
   ¿Puede alguien que desconoce lo que hace una enfermera en pediatría, (sus funciones, competencias y responsabilidades), elaborar preguntas para una prueba de conocimiento para esa especialidad?

Yo sí me siento frustrada, engañada, decepcionada... Y eso que nadie me va a quitar mi puesto, ni mi reputación ni el respeto que en 39 años de trabajo me he ganado.
Pero ¡Coño! me hacía ilusión.


      

viernes, 13 de noviembre de 2015

Crónica de una traición #opesacyl2015

     
Muchos años de trabajo basura inestable, de chica para todo, sin vacaciones y casi sin descansar. Pocas opciones en oposiciones anteriores. Muchas excusas y dificultades y por fin, salta el rumor. Se convocarán oposiciones en Castilla y León. Tengo ya aquí hecha mi vida, mis hijos, mi casa, mi familia, mis amigos... tengo ya méritos en forma de experiencia laboral y formativa. Tengo una edad y esperar más complicará mis posibilidades. Ahora es mi momento. 
      Me informo bien y estudio el mercado. Academias, cursos, temarios, preparadores. Empiezo a sacar la cartera y a asumir que mi vida social y familiar se verá afectada.
      Entre contrato y contrato procuro no coger el teléfono para estudiar cuantas más horas mejor. Me quedo sin vacaciones. Miro si puedo pedirme una excedencia o un mes sin empleo y sueldo para la víspera del examen. Agoto todos los permisos con o sin retribución para sacar el máximo provecho al estudio. Mis hijos me acusan de abandono y empiezan con conductas de llamada de atención. Mi marido trata de apoyarme pero a veces noto su cansancio con la situación. Sobrecargo a mi familia con responsabilidades que antes asumía yo. Mucho tiempo y aún no tenemos ni fecha de examen.
      Por fin un rumor. Fecha de examen el 22 de noviembre. Oficiosa. Pero el mismo Consejero la anuncia en prensa. ¿Puedo considerarla oficial? ¡Que tengo que organizarme coño! ¡Que mis hijos parece que me odien y me va a costar recuperarles, que mi marido está hasta el moño de tener una esposa ausente, que mis padres casi ni se acuerdan de mi sino cuando les superan las responsabilidades que les traspaso... Pero todo por sacar la plaza, ¡que es estabilidad, calidad de vida, tranquilidad, seguridad.....! Y mientras, con una fecha oficiosa y yo tratando de mantener la "actitud".       Por fin, el 3 de noviembre se publica en el boletín la fecha oficial... para ¿el 3 de noviembre? ¡Están locos!!!!. Pero algo es algo. A dar el último sprint, a esforzarse. ¡¡¡¡Que ya está ahi!!!!!

     Y el 12 de noviembre.... Suspensión cautelar de la ope
     Pero ¿jpor qué? ¿es un chiste? ¿una cámara oculta? NO PUEDE SER!!!
Inexistencia de oferta de empleo público válida pues la última databa de 2011 y superación de los límites de déficit público máximo posible conforme a la ley orgánica 2/2012
      ¿He malgastado dinero, tiempo, vida, relaciones, experiencias, trabajo...?

      Es duro, muy duro, que a unos días del ansiado examen te digan ¡QUE NO HAY EXAMEN NI OPOSICIÓN, NI NADA! En esta profesión que elegí, no se si será porque somos mayoría mujeres, porque somos más santas que profesionales, porque no tenemos espíritu corporativo... qué se yo! Se ríen de nosotrAs, con "A". ¿Siempre vamos a ser las últimas? ¿somos chicas para todo? ¿profesionales de pasillo? Prescripción enfermera no, ope no, sueldo más bajo, los días no te los dan... ¿Qué pasa? ¿Qué más? Con tu casa llena de los libros que has comprado y de pelusas que no tienes tiempo de limpiar, tus hijos que hace meses que no les haces caso ni les prestas atención ¿qué voy a explicarles? ¿Por qué no somos capaces de movernos las enfermeras, si somos miles, para decir AQUÍ ESTAMOS Y SOMOS IMPORTANTES E IMPRESCINDIBLES EN LA SANIDAD!!!
QUÉ INJUSTO! QUÉ CABREO!
PERO SOY ENFERMERA Y SEGUIRÉ ADELANTE!!!

      Cuando terminé enfermería no encontré trabajo y me vi obligada a marcharme a otro país. La oportunidad de una oposición para volver era mi ilusión y mi esperanza. Y aquí estoy, a más de mil kilómetros,  lejos de mi familia, amigos, vida, con un billete de avión y una reserva de hotel que no me devuelven y con mi sueño roto, hecho pedazos. Me han robado el dinero, el tiempo, la vida y la ilusión. ¿Quién me repone esto?

Más:

Sigue el hastag en twitter: #opesacyl2015
Primeras noticias del desastre! eldiadevalladolid.com "El TSJ suspende cautelarmente las oposiciones de enfermeria"
Auto de suspensión de la oposición de enfermería de CyL
Poderjudicial.es "El TSJCyL suspende la convocatoria de acceso a personal estatutario fijo para enfermeros en el Servicio de Salud de la comunidad"
Confirmación por el Consejero de Sanidad de CyL Que se ejecute el auto de suspensión. Desde abril, nada vale ya!
Declaraciones de Silvia Sáez Belloso, secretaria autonómica de satse CyL aquí la parte I y aquí la parte II de la comparecencia
Consejos jurídicos para enfermeras opositoras en convocatoria Sacyl por Chema Antequera, @Defensorenferme Abogado y enfermero
Solicitud de dimisión del Consejero de Sanidad de CyL a través de una iniciativa en Change.org Dimisión Consejero sanidad Sacyl. Engaña a 20000 enfermeros pendientes de la oposición



domingo, 1 de noviembre de 2015

¡Congresista de lujo!

         
         Cuando Pilar me llamó y me propuso hacer una presentación para inaugurar el III Encuentro Científico Gallego de Enfermería y Fisioterapia, no podía creérmelo. ¡Me entusiasmó!, ¡Me sentí tan orgullosa!... Cuando colgamos el teléfono, entré en pánico. 
        ¿Qué había aceptado? ¿Estaba preparada para ello?

pixabay.com
        A veces me ocurre; suelo aceptar retos y desafíos sin pensar, está visto que lo mío es meterme en proyectos. Luego, en frío, surge la duda de cómo acometerlos. ¿miedo al fracaso? ¿inseguridad?

        Cuando dudo de mi misma y de mis capacidades, suelo recurrir a dos posibles soluciones.
1.- Veo vídeos motivacionales que me devuelven la confianza en mí misma, me reilusionan y me recuerdan que: quiero, puedo y gano. Los guardo en mi perfil de YouTube e incluyo nombres como Steve Jobs ó Nick Vujicic...
2.- Recurro a un FAN: Y ¿Qué es un fan? Según la Real Academia de la Lengua, "acortamiento de fanatic, admirador o seguidor, entusiasta de alguien". Todos tenemos algún fan en nuestra vida. Es aquella persona que cree que somos capaces casi de cualquier cosa. Si no le has localizado, te aconsejo que lo identifiques, lo cuides y recurras a él en tus momentos de debilidad. Puede ser tu pareja, tu hijo, tu madre, una amiga....

        Decidí recurrir a mi madre, suelo hacerlo, porque es la persona que mejor me conoce, tanto... ¡¡¡si es que desde que nací ha estado conmigo!!!. Le expuse la situación:
          .- Mamá, me han propuesto que haga una presentación para inaugurar un Congreso y estoy asustada...
Ella siempre me responde igual
         .- Pero ¿tu eres tonta? ¡¡¡Hija mia, no necesitas enemigos teniéndote a ti misma!!!.- Y me recuerda todo lo que he luchado y he conseguido durante estos años. Y pienso, si ella cree en mi, si no ve mis límites, ¿por qué me empeño en ponérmelos yo?
      Ahora me he comprometido con Pilar y con mi madre. La cosa se pone seria.

      El siguiente dilema es decidir de qué hablo. Es un Congreso de investigación sobre cuidados y tecnología. No quiero aburrir desde primera hora. Y dispongo de 15 minutos.... Y cae en mi WhatsApp un enlace a uno de estos "motivadores" que tanto me gustan Victor Küppers hablando de "actitud".

      Y recuerdo...
                               cuando empecé a estudiar enfermería, cuando me decidí por enfermería. Era lo que quería hacer y estaba entusiasmada. 

      En mi promoción había una compañera fácilmente identificable. Era la que se apuntaba a todo, la que se reía con mayor fuerza, la que de cada anécdota de hospital hacía un mundo. Cierto día de prácticas, la enfermera de planta ofreció dejarle poner una sonda vesical. Cuentan que Lucía se ofreció rápidamente y sin pensar. De camino a la habitación, su tez se tornó blanca y un sudor frío le recorrió la nuca. La enfermera notó algo y le preguntó si estaba bien. Incluso le ofreció dejar el sondaje para otro día. Lucía se negó. Respiró hondo, sacó pecho y sondó correctamente sin saltarse un solo paso. De vuelta al control, se mareó del todo. Pero hasta entonces, aguantó. 
pixabay.com

    Años más tarde, coincidí con ella trabajando en el quirófano de un hospital pequeñito. Dos traumatólogos se afanaban en una prótesis total de cadera. Uno de ellos sostenía firmemente la pierna de la paciente. Se esperaba de él que no se moviera en toda la intervención. En determinado momento, sus pantalones cayeron al suelo. Todos nos miramos asustados. Esperábamos en cualquier momento que se nos solicitara subírselos y mentalmente ideábamos la excusa perfecta. Al cabo de unos minutos el traumatólogo preguntó, con exquisita educación, si había alguien dispuesto a subirle los pantalones. Lucía acudió al punto. Hizo dos intentos y se dio por vencida diciendo...
    .- Es imposible! Tiene la bata muy ajustada y un mandil de plomo que no me permiten subirle los pantalones. Pero le propongo una alternativa. Le ayudo a quitárselos para que no tropiece. Le aseguro que está usted muy discreto y sus calcetines son preciosos (eran de colorines). Voy a por otros pantalones limpios y se los dejo aquí cerca para que se los ponga nada más terminar.
      El especialista quedó en deuda con Lucía y no sentó moda porque no manejábamos por entonces ni móviles con cámara ni redes sociales.
      De Lucía se acordaba todo el mundo. Todos la conocíamos. Podíamos pensar que se tomaba algo por las mañanas, pero su entusiasmo era de envidiar.
      Victor Küppers (completo) hablaba de gente como Lucía. Me sedujo con su charla porque en determinado momento se vuelve a la audiencia y pregunta ¿cuánto vales tú como persona? y aplica una fórmula que es ideal para calcular el valor de un/a enfermer@
      Y es verdad lo que dice! ¿Qué te hace un profesional diferente del resto? ¿Qué hace que los demás te recuerden a ti y no al resto? ¿Qué te convierte en persona de éxito y te diferencia de un chusquero? Unos ejemplos. Pacientes: Carta de Pau Donés a las enfermeras que le atendieron. Compañeros de otras profesiones: José Manuel Salas es médico y escribe en su blog "Con tinta de médico" Gracias enfermería Y podría seguir poniendo ejemplos, o podríais poner vosotros, lectores, los que ahora mismo recordáis.

      En la vida de una enfermera están sus dramas y las de los demás. Es difícil olvidar unos u otros. Pero uno elige con qué cara, con qué gesto, con qué postura, con qué fuerza, con qué actitud encara la vida.
     No podemos rendirnos, ni seguir llorando por los pasillos. Dejemos de criticar y quejarnos, dejemos de tener miedo y volvamos a reilusionarnos. 
     Somos "PROFESIONALES", cada vez mejor preparados y con más CONOCIMIENTOS. 
     En este tiempo hemos adquirido "HABILIDADES", eso debería hacernos actuar con mayor seguridad y mejor criterio.
     Entonces...¿Es la ACTITUD el problema?
    
    Fui a Ourense, hice mi discurso, dejé una propuesta y me llevé varias lecciones:

  1. Nadie es profeta en su tierra (me trataron maravillosamente).
  2. Nunca sabes quién puede estar mirándose en ti (da siempre el mejor de los ejemplos)
  3. Empezar con ACTITUD es sinónimo de ÉXITO
  4. No olvides quién eres ni de dónde vienes, porque tarde o temprano, volverás.
    farodevigo.es



Enlaces de interés:

miércoles, 14 de octubre de 2015

¿Quién educa en salud? #carnavalsalud 2015

#carnavalsalud 2015
Paciente empoderado: realidad o ficción

http://desmotivaciones.es/


Anselmo es un hombre mayor, jubilado. Tiene varias patologías crónicas y es asíduo cliente en la consulta de su médico de cabecera. Le gustan los programas de salud de la tele y de la radio y suele leer la información sanitaria de algunas revistas y periódicos. Pero lo que más le gusta, es poner a prueba sus conocimientos con otros enfermos en la sala de espera del médico, o con amigos y conocidos en el café mientras juegan dominó, en el parque y en el centro de mayores. Le mueve la necesidad de saber sobre sus propias enfermedades y ayudar a los demás a saber sobre las suyas. Además, es un tema de conversación interesante y asegura siempre muchos espectadores.
A Anselmo le gusta que le escuchen y le tomen en serio. Hoy ha ido a la consulta de la enfermera. Pero su enfermera no está. Hay otra persona nueva. Anselmo aprovecha para entablar conversación y saber más de la nueva.
.- ¿Va a quedarse mucho tiempo en esta consulta? ¿Está usted casada? ¿Lleva mucho ejerciendo? ¿Vive cerca? ¿Dónde trabajaba antes?
Con mucha paciencia, la enfermera le va respondiendo y la vez, evaluando.
 .- Voy a quedarme unos meses, Anselmo. ¿Camina usted a diario?
 .- Sí, Anselmo, estoy casada y tengo dos niños. ¿Hace usted dieta?
.- Llevo más de diez años ejerciendo como enfermera. ¡Anselmo! ¿Qué sabe usted de su enfermedad? Le voy a dar unos folletos informativos para que los lea cuando tenga un rato. Sobre el cuidado de los pies y la circulación ¿qué le parece?
.- Que prefiero que me lo cuente usted, señorita.


******
Adela es una jubilada, que dedica la mayor parte de su tiempo a la casa, a sus nietos, a su marido y a sus hijos. Con todo lo que tiene que hacer, no le queda tiempo ni para ir al Centro de Salud. Por eso, de las recetas se suele ocupar su marido. Ella,  ¡tiene que estar muy mal para ir al médico!. Además, ¡ni lo necesita! Su vecino Anselmo, el que juega al dominó con su marido, sabe mucho y si tiene algún problema, le consulta a él y listo. No sería la primera vez que la arregla.


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María y Paco son padres de un niño con una enfermedad rara. Han tenido que aprender todo desde cero, porque hasta que no fueron padres, no supieron que tal enfermedad existía. Fue el especialista el que primero les informó para luego derivarles al médico de cabecera. En el Centro de Salud, médico y enfermera, les orientaron  acerca de asociaciones de pacientes y luego ellos, crearon otra en su propia ciudad, tras detectar otros casos aislados.


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http://es.slideshare.net/comsalud/cmo-es-el-epaciente
Añadir leyenda
El paciente/cliente/enfermo/usuario del sistema de salud, es crítico, no se conforma, no confía ciegamente, elige contrastar, tiene ganas de saber, tiene acceso a información y a otros usuarios. Es fuente de información, opina, habla, comparte  y en ocasiones, es el más accesible y de confianza, al que más se oye.
Por eso nos conviene, como agentes de salud (médicos, enfermeras, fisioterapeutas, matronas…), estar a su disposición a todos los niveles y educarle, proporcionarle acceso a una información fiable y fidedigna, controlando las fuentes y el aprendizaje.
Debemos estar presentes y disponibles incluso en las asociaciones de pacientes, como agentes de salud o como organizaciones sanitarias.
Educación para la Salud, Información en Salud y Enfermedad. Una asignatura aún pendiente, un programa por desarrollar.
El usuario se independiza, cada vez tiene más autonomía y criterio propio. Le gusta elegir, elige saber y nos pilla desprevenidos. No hemos tenido en cuenta que nos va a evaluar y que tenemos que demostrar nuestros conocimientos transmitiéndolos, porque el coste de un paciente mal informado es muy alto, no sólo para sí mismo, sino para todos aquellos con los que  se relaciona.
El responsable es el profesional sanitario y la organización que le avala.
Con el desarrollo de la tecnología, cada vez más personas tienen acceso a internet. Muchas de esas personas, tienen estudios, conocimiento y preparación para extraer la información fiable. Sin embargo, existen otras expuestas a fuentes dudosas. El control de estas fuentes será responsabilidad de una organización superior, pero que el usuario esté preparado para discernirla, eso es tarea nuestra. Desde los colegios, en los primeros años de escolarización, institutos, universidades, centros de trabajo... Formación al ciudadano desde el Centro de Salud y en Hospitales. Formación en Salud y responsabilidad en la propia salud.


Porque ahora mismo, todavía, cuando tienen dudas, inquietudes, miedos, cuando necesitan información, acuden a su médico y/o enfermera de referencia. Si no damos respuesta, acudirán a otros.

Ellos quieren saber y nosotros no podemos defraudarlos.

jueves, 1 de octubre de 2015

El encanto tóxico de la #Enfermería: La Gaseosa

     

      Estaba trabajando en planta en el Hospital, cuando a media tarde vi la oportunidad de sentarme cinco minutos y desconectar un rato. Saqué el teléfono del bolso y comprobé los mensajes. Tenía un mensaje directo en twitter. ¿Quién sería? Entré a ver.
      Un gurú de las redes sociales me preguntaba.
.- Disculpa mi osadía. He visto que en el Colegio de tu provincia se han convocado elecciones y proclamado una única candidatura de forma presuntamente clandestina y con plazos que parecen impedir la competencia. ¿Podrías ampliarme la información? ¿Se os ha notificado de alguna manera?
      Me sorprendió. Llevo muchos años en la ciudad. Trabajando y colegiada. Soy de las que leo correos y notificaciones. Me saltan en el móvil y lo compruebo varias veces al día. Encuentro cierto placer en leer todo lo relacionado con mi profesión y los correos del Colegio entran dentro de los que reviso cuidadosamente. Repasé los mensajes en el móvil. No tenía nada.
      Aunque no soy amiga de responder inmediatamente y en caliente, le devolví el saludo:
.- No recuerdo haber recibido nada. El tema me pilla de sorpresa. Indago y te cuento.
       Ya estaba nerviosa. Pregunté a la compañera de turno si ella sabía algo. 
.- ¿Qué dices? Ni idea de lo que me hablas.- me respondió.


      Cuando llegué a casa y tuve un rato de tranquilidad, repasé todo el correo de papel recibido en casa. Nada! Encendí el ordenador y entré en mi correo electrónico. Repasé todos los emails recibidos. Hice una búsqueda por todos los relacionados. Nada!   Entré en la web del colegio y tampoco vi nada colgado. Revisé portada y página de inicio de arriba abajo pero no encontré ninguna noticia, ni siquiera relacionada. Sin embargo, estaba segura que el aviso por twitter era cierto. Si esa persona sabía algo, debía haber algo. Usé el buscador de la web e introduje la palabra "elecciones convocatoria" y me saltaron varios pdf archivados en la web como documentos. Volví a releer todas las páginas de la web. No había anuncio, noticia ni notificador en ninguna parte. 
      Descargué los documentos. Cuando los leí, me quedé asombrada. En ellos se expresaba claramente que, hacía un más de un mes se habían convocado elecciones. Que se había presentado una única candidatura hacía más de 15 días y que se había terminado el plazo para presentar otras nuevas. Para más "bemoles", las elecciones se celebrarían en una semana!. 
      Elaboré un correo electrónico muy educado solicitando información a todos mis contactos profesionales de la ciudad, susceptibles de estar colegiados.  Les comentaba la situación y les preguntaba si estaban al tanto y en caso afirmativo cómo se habían enterado, si habían tenido algún tipo de notificación por parte del Colegio. 
      Uno a uno, todos me fueron respondiendo que no sabían nada, que se enteraban de la noticia por mí. Una sola persona, a los dos días respondió que no lo sabía pero que había comprobado la web tras recibir mi mail y había visto el anuncio de elecciones colgado. 
      ¡Qué raro! pensé y entré a comprobarlo. Efectivamente. Una reseña pequeñita, al final de la página de inicio. Era nuevo, de eso estaba segura.
       Como no me tocaba descanso, aproveché los dos días siguientes de trabajo para ir un poco antes y salir más tarde aprovechando esos tiempos para visitar otras plantas y unidades y preguntar a los que estaban de turno. Nadie, nadie, ni una sola persona sabía nada. Y, aunque algunos reaccionaron indignados, toda la indignación quedó en los pasillos y en las salitas de estar. 

      Hablamos de lo que deberíamos hacer pero nadie está dispuesto a hacer nada.

      También lo comenté en el sindicato donde me dijeron que, de no solicitarlo ningún afiliado no iban a hacer nada porque tenían sus acuerdos con el colegio en este momento contra la Administración y estaban tratando de que prosperararan en paz y armonía. Por lo tanto, no convenía enemistarse. Pero, es curioso, tampoco sabían nada de las elecciones "supuestamente clandestinas" a pesar de que todos están colegiados y habían mantenido reuniones con los responsables del colegio y protagonistas de la candidatura única con bastante asiduidad y en los últimos quince días.
      El resultado de todo esto es que, se ha armado un revuelo del que probablemente soy culpable. Durante unos días, la gente ha ladrado alterada por los pasillos. Pero ¿¿¿actuar??? nadie!!!
                                Nadie está dispuesto a dar el primer paso. 

Igual que salió la espuma volvió a desaparecer. 
                  Todos tenemos excusas para no hacer nada...
  • "Es que"  yo, total no me voy a presentar...
  • "Es que" a mí tampoco me importa que repitan, no lo ha hecho tan mal ...
  • "Es que" yo no quiero líos de impugnar, que luego me conocen...
  • "Es que"  ya estoy muy mayor, que si fuera joven, iban a ver estos!!!
  • "Es que" no tengo tiempo, que tengo que estudiar, cuidar a los niños, a mi madre.....
  • "Es que", "Es que", "Es que"

Veremos a ver dentro de 4 años....

        El Encanto tóxico de las enfermeras: el inmovilismo, la sumisión, ese no querer dar problemas, no dar guerra, que no se nos vea demasiado... somos profesionales gaseosa; explotamos por los pasillos, se nos va la espuma y la fuerza. Luego nos quedamos tranquilas y transparentes, calmadas.
        Aquí no ha pasado nada.
        Y a otra cosa!

lunes, 14 de septiembre de 2015

No trabajes más, que me haces de menos

     
Hace unos días decidí ponerme a dieta. Como suele ocurrir, enseguida fui consciente de las tentaciones contra las que tendría que luchar. Tras una fiesta, acabamos todo el grupo en un Kebab. Como yo no estaba dispuesta a saltarme la dieta, pedí una coca cola light y me quedé un poco apartada. Entonces se desató la polémica.
          .- Come un poco, que no te va a pasar nada
          .- total, un día es un día
          .- Pues yo no entiendo cómo, para dos días que vivimos, eliges amargártelos. Yo no podría...
        La conversación duró bastante más de lo deseable, estaba preparada porque lo esperaba, pero no pude evitarla porque no quería a esas horas, ni inventar ni esconderme ni saltarme la dieta.
            Elegí dos argumentos para defenderme.
         1.-  Yo me siento amargada cuando caigo en tentación y me siento feliz y satisfecha cuando hago lo que me parece correcto. 
         2.- ¿No tenéis otro tema de conversación que analizar el por qué me marco una meta y soy capaz de luchar por ella a pesar de que nadie me apoye en mi objetivo? 

    Aquello me recordó otras situaciones, relacionadas con mi profesión enfermera y con mi labor profesional.
   En cierta ocasión, siendo de plantilla volante, me destinaron al quirófano. El objetivo era que aprendiera y pudiera hacer las sustituciones de verano y las incidencias. Llegué con tremendas ganas, absoluta ignorancia y un miedo aterrador. Dispuesta a que no me vencieran ninguno de estos tres elementos, me concentré en ponerme al día cuanto antes.
Las consecuencias de mi conducta fueron recibir frenos como estos:
          .- Deja de trabajar tanto ya, que nos vas a dejar mal a las demás
          .- A ver si te piensas que en un mes vas a aprender lo que a mi me ha costado varios años 

     En otra ocasión, colaborando en un trabajo de investigación, me llevaba a la planta los artículos que tenía que leerme. Cuando me veían leerlos, surgía la polémica
         .- Pero ¿Qué lees? Vaya rollo!! Si no te va a servir para nada ni  te lo va a reconocer nadie!!
   Curiosamente, los comentarios solían venir de compañeros de profesión. Los médicos no se pronunciaban o se interesaban, daban su opinión e incluso se ofrecían a echarte una mano.
    Durante la elaboración de ese trabajo, cuando se pidió la colaboración de los profesionales para cumplimentar cuestionarios, era frecuente oir, de cara o por detrás, comentarios tipo 
      .- Nos tendrá que poner como autoras a nosotras también
      .- Con el trabajo que tenemos, encima otra tarea más y sin cobrar ni un duro.
   Es curioso que las mismas personas reticentes a la colaboración, sean las que luego van que vuelan cuando los cuestionarios los solicita el jefe de servicio o el facultativo con el que se llevan bien.

   Suele ser habitual que cuando alguien trabaja y se esfuerza, encuentre gente alrededor que trata de convencerle de que no lo haga. Quien te frena, suelen ser personas que te envidian porque no son capaces de hacer lo mismo, con complejo de inferioridad y miedo a quedar en evidencia. Busca apoyos, siempre hay gente dispuesta a ayudar, aunque estén menos visibles y los necesitarás para vencer tanta zancadilla. No te rindas. No será fácil, pero merece la pena.

    Cada uno elige lo que quiere y lo que está dispuesto a sacrificar. Elige tu camino y no te apartes por lo que te digan los demás.

Esta entrada destaca una conducta negativa, es frecuente y bien extendida, pero, afortunadamente, no siempre es así y muchas veces, uno encuentra apoyos y estímulos en personas del mismo colectivo.

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