Me vale de poco....
Me llaman porque una enfermera se ha sentido indispuesta trabajando. El turno empezó a las 8 y son las 10. Me acerco a la planta.
Efectivamente. la enfermera está vomitando, pálida, ojerosa y mareada. Le ofrezco ir a urgencias para que le echen un vistazo. Voy con ella. Le ponen un suero y tratamiento. La dejo en observación. Evidentemente, no puede trabajar, al menos hoy. No quiere que avise a nadie de su familia y lo respeto. Me aseguro de que está bien y tranquila y regreso rápidamente a la planta a ver cómo resuelvo que en plantilla falta una y están hasta arriba de trabajo.
Están atascadas. Echo una primera mano y luego voy a comprobar en carteleras si puedo llamar a alguien que esté descansando. Es una faena. Se me pone mal cuerpo sólo pensarlo. Miro en las planillas del hospital y no tengo suerte. No hay nadie de refuerzo a mayores de la que echar mano y que ya esté en el hospital. Tampoco me gusta sacar personal de otros servicios donde pudieran estar hoy más relajadas. Crea mal ambiente y es injusto, pero no me queda más remedio a estas horas. Llamar a alguien de fuera no resuelve la situación de la planta aunque me quede yo a ayudar mientras llega, y no puedo hacerlo porque hay otra incidencia esta tarde y tengo que resolverla antes de las tres. No quiero dejar el marrón a la supervisora que esté de guardia.
En pediatría hay pocos niños. Me acerco por allí y planteo el caso. No les hace ninguna gracia y lo entiendo. Tienen claro a quién le toca ir a suplir.
Una vez resuelto el problema de la planta me voy a Dirección.
Estoy esperando la baja por enfermedad de otra trabajadora para sustituirla en cuanto llegue el documento y la autorización. Cuando llego al despacho ya han recibido el fax con el parte médico, así que insisto a la Directora de enfermería para que me autoricen la sustitución.
¡Conseguido!, Rápida y veloz como el rayo me lanzo derechita al Servicio de Personal, a la mesa de contratación. Podría dejarlo todo en manos de la burocracia, pero es mucho riesgo. Allí ya han recibido instrucciones y han empezado a llamar. Aún sin resultados. Estoy cruzando los dedos de las manos y de los pies. Estamos casi terminando el verano y no hay enfermeras disponibles. Dudo si hacer un conjuro... Vuelvo a urgencias a ver a nuestra compañera indispuesta. Se encuentra mejor, pero como ya he cubierto su ausencia, le ofrezco que se vaya a casa y descanse. Una hora después recibo un aviso de Dirección; han encontrado sustituta, les pido su nombre y su teléfono y la llamo inmediatamente. No puedo dejar a estas alturas que las cosas se resuelvan por su propio cauce. Si quiero soluciones, tengo que intervenir. Enseguida me coge el teléfono.
.- Necesito que me des el día, me suelta a bocajarro. Estoy en otra ciudad y tengo problemas para encontrar transporte. Me incorporo mañana..- Nooooooo, respondo desesperada. No tengo a nadie para hacer la tarde y no puedo dejar una sola enfermera con el trabajo que hay. Urge contratar a alguien para esta tarde sin falta. No puedo darte el día ¿dónde estás?
.- A 200 km
.- Bueno, no es mucho, son las 11:30. Intenta resolverlo o te van a penalizar en bolsa
.- Por eso necesito que me des el día, para que no me penalicen, por si no puedo ir
.- Imposible, has aceptado el contrato, y yo he quemado todas las posibilidades de resolver la tarde de hoy con mi gente. Tu eres la única alternativa. No te puedo dar el día, ¡necesito que vengas hoy!.
.- Lo intentaré, pero no te prometo nada
Qué mañana más intranquilizadora! Me la paso de aquí para allá, apagando fuegos. Apenas me da tiempo a ver a mi gente en mi planta. ¡Las tengo abandonadas! Y esa sensación de que me van a dejar sin resolver..... Por dos veces intento localizar a la enfermera que está a 200 km y no doy con ella. No se si cruzar más dedos o trenzarlos directamente.
A las 3 menos cuarto voy a la planta. Les cuento cómo está la situación. Hay una enfermera interina que se ofrece a quedarse si por la tarde no hay sustituta. Resulta muy tranquilizador, aunque tremendamente injusto, pero le tomo la palabra porque si no se presenta la nueva enfermera, no me van a quedar recursos a los que echar mano.
Las 3 y diez y por fin me coge el teléfono. Respiro, porque pienso que si va a a llegar un poco más tarde, yo puedo cubrir personalmente ese tiempo. Pero no.
.- Necesito que me des el día, hasta mañana no voy a poder ir..- Y ¿hasta ahora no has podido avisarme? pregunto, ya enfadada
.- He intentado localizarte varias veces
.- Y si no me localizaste, ¿no se te ocurrió llamar a la mesa de contratación, a la Dirección de Enfermería, no sé, a alguien?
.- Pues no,
No me queda más remedio que pedirle a la interina de planta que se quede. Y merece a mi juicio una compensación.
Sin embargo,
.- la interina que te resuelve la papeleta, pocas veces obtiene un premio a la altura del esfuerzo realizado (14 horas seguidas en una planta de hospitalización no lo aguanta cualquiera).
.- la enfermera que tuvo que abandonar su planta y sus pacientes habituales en medio de su turno para cubrir una incidencia, tampoco recibirá compensación alguna.
.- Mi turno de hoy terminará con el trabajo bien hecho gracias a algunos y a pesar de otros, sin embargo, mi reputación se verá seriamente dañada
Procuro acostarme pensando que hago lo que puedo lo mejor que puedo, pero a veces es difícil
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